Para los atletas de secundaria que sueñan con competir a nivel universitario, la vida como atleta universitario es una combinación de estructura, dedicación y equilibrio. Para ayudarlo a comprender mejor lo que le espera, analicemos un día típico en la vida de un atleta universitario desde la perspectiva de los períodos de pretemporada, temporada y fuera de temporada.
Pretemporada: sentando las bases
La pretemporada es el intenso período de preparación antes de que comience la temporada oficial. El momento en que se lleva a cabo la pretemporada depende en gran medida de la temporada en la que se practique el deporte. En el caso de los deportes de otoño, la pretemporada suele comenzar en agosto, justo antes de que comience el año escolar. Los deportes de invierno pueden comenzar en octubre o noviembre, mientras que los deportes de primavera suelen comenzar su pretemporada en enero.
Durante la pretemporada, tu horario se basa en el entrenamiento. Los equipos suelen practicar varias veces al día, incluidas sesiones de fuerza y acondicionamiento, ejercicios técnicos y partidos de práctica. Un día típico de pretemporada puede comenzar con un entrenamiento temprano por la mañana, seguido de una práctica de equipo a media mañana. Las tardes suelen reservarse para la revisión de videos, reuniones de equipo o trabajo individual en tus habilidades. Las noches pueden incluir una segunda práctica o sesiones de recuperación como estiramientos y baños de hielo. La pretemporada es agotadora, pero también es el momento de generar química con tus compañeros de equipo y sentar las bases para una temporada exitosa.
En temporada: el acto de equilibrio
Cuando comienza la temporada, la vida de un deportista universitario se convierte en una delicada danza entre lo académico, lo deportivo y el tiempo personal. Tu agenda está muy apretada, lo que deja poco espacio para la postergación o la desorganización. Las prácticas, las clases, los partidos y los viajes dominan tus días, y aprender a priorizar de manera eficaz es la clave para prosperar. A continuación, se muestra un ejemplo de cómo podría ser un día típico durante la temporada, lo que te dará una idea del ritmo que puedes esperar.
6:00 am – Despertar
Empieza el día temprano, especialmente si tienes práctica matutina. Toma un desayuno rápido, como una barra de proteína, un batido o un plátano, para recargar energías antes de salir al campo o a la cancha.
7:30 - 9:30 am – Práctica
La práctica matutina de tu equipo es la piedra angular de tu día. Prepárate para concentrarte en ejercicios, partidos de práctica y habilidades técnicas. Aquí es donde se sientan las bases para el desempeño del día del partido.
9:30 - 10:15 am – Ducha y recuperación
Después de la práctica, tómate un tiempo para ducharte y comenzar a recuperarte. Según el deporte que practiques, esto podría incluir estiramientos, aplicación de hielo o uso de un rodillo de espuma para mantener tu cuerpo listo para la próxima sesión.
10:30 am - 12:00 pm – Clases de la mañana
Dirígete a tu primera clase del día. Escuchar las clases puede resultar difícil después de una dura práctica, pero mantenerse al día con los estudios no es negociable.
12:00 - 1:00 pm – Almuerzo
Visita el comedor para disfrutar de una comida equilibrada. Prioriza las proteínas, los carbohidratos y las verduras para recargar energías para el resto del día.
1:30 - 3:00 horas – Clases de la tarde
Por la tarde puede haber otra tanda de clases. Aprovecha este tiempo para concentrarte y hacer preguntas: los profesores apreciarán tu esfuerzo, especialmente si les has comunicado que podrías ausentarte debido a los partidos.
3:30 - 4:30 h – Entrenamiento de fuerza
Muchos equipos programan entrenamiento de fuerza por la tarde. Esta sesión te ayuda a desarrollar y mantener la potencia y la resistencia que necesitarás para alcanzar el máximo rendimiento.
4:30 - 6:00 pm – Tiempo de estudio o tarea
Después de levantar pesas, dirígete a un lugar tranquilo del campus o de tu dormitorio para hacer tus tareas. Mantenerte al día con las tareas es fundamental, especialmente cuando sabes que te esperan días de viaje.
6:00 - 7:00 pm – Cena con compañeros de equipo
La cena no es solo cuestión de comida, también es un momento para estrechar vínculos con tus compañeros de equipo. Compartir comidas ayuda a generar la camaradería que necesitarás durante los partidos.
7:00 - 9:00 – Descanso o tarea adicional
Dependiendo de tu carga de trabajo, pasa la tarde descansando o poniéndote al día con tus tareas. Usa este tiempo para recargar energías mental y físicamente.
9:30 – Se apagan las luces
Una buena noche de sueño no es negociable. La recuperación comienza con un descanso de calidad y tu cuerpo te lo agradecerá durante el entrenamiento o el partido del día siguiente.
Viajar para jugar fuera de casa puede añadir otra capa de complejidad. Es posible que dejes el campus durante todo un fin de semana, y esto suele significar perder clases. Si bien algunos departamentos deportivos se comunican directamente con los profesores sobre tus ausencias, es una buena idea enviar un correo electrónico a tus profesores tú mismo. Infórmales con anticipación cuándo viajarás y haz un seguimiento durante la semana del partido para confirmar los arreglos para las tareas o los exámenes que no hayas podido realizar.
Fuera de temporada: preparándose para el próximo capítulo
Cuando termina la temporada competitiva, comienza la pretemporada. Sin embargo, esto no significa tomarse un descanso, sino que es un momento de recuperación, desarrollo y preparación para la próxima pretemporada.
La mayoría de los equipos te proporcionarán un paquete de preparación física y técnica para que lo completes durante la temporada baja. Esto incluye entrenamientos específicos, ejercicios y, a veces, incluso orientación nutricional. Completar estas tareas es fundamental porque la pretemporada generalmente comienza con pruebas técnicas y de preparación física, y cumplir o superar los estándares puede marcar la pauta para toda la temporada. La temporada baja también es un momento para enfocarte en lo académico, buscar pasantías o explorar otros intereses fuera del deporte.
Ser un deportista universitario es exigente, pero también muy gratificante. Cada fase del año (pretemporada, temporada y fuera de temporada) trae consigo sus propios desafíos y oportunidades. Si eres un deportista de secundaria que aspira a jugar en el siguiente nivel, comienza a prepararte ahora desarrollando buenos hábitos, dominando la gestión del tiempo y adoptando la dedicación necesaria para destacar tanto dentro como fuera del campo.
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